Para concluir esto fue necesario conocer la distribución de la energía oscura, con la ayuda de una “lupa” cósmica conformada por un cúmulo de galaxias.
Un equipo de astrónomos estadounidenses realizó un estudio que sugiere que el destino más probable del Universo es que continúe expandiéndose ilimitadamente hasta convertirse en un espacio frío y muerto.
La investigación, publicada en la revista Science, fue dirigida por el profesor Eric Julio, del Laboratorio de Propulsión de la NASA, en California (EE.UU.).
Los astrónomos quisieron con este estudio conocer más sobre el comportamiento de la energía oscura que hay en el Universo, para lo cual analizaron un conjunto muy particular de galaxias, conocido como Abell 1689.
Este cúmulo galáctico amplifica de forma excepcional las imágenes de las galaxias que se encuentran detrás de él, como lo haría una lente gravitatoria.
LA RELEVANCIA DE ABELL 1689
El 72% del Universo, según se sabe desde hace un tiempo, estaría compuesto por energía oscura, una fuerza misteriosa que acelera la expansión espacial y es totalmente invisible. Solo un 4% formaría parte de la materia de la que se componen planetas, hombres, estrellas y todo lo formado por átomos.
El 72% del Universo, según se sabe desde hace un tiempo, estaría compuesto por energía oscura, una fuerza misteriosa que acelera la expansión espacial y es totalmente invisible. Solo un 4% formaría parte de la materia de la que se componen planetas, hombres, estrellas y todo lo formado por átomos.
El equipo a cargo de la investigación utilizó el telescopio espacial Hubble para observar la manera en que la luz de las estrellas distantes se distorsiona al pasar por Abell 1689. Esto los ayudaría a conocer cómo se expande la energía oscura a través del Universo.
Abell 1689 se encuentra a 2.200 millones de años luz de la Tierra y es debido a su inmensa masa que funciona como una lupa cósmica, haciendo que la luz se doble y se proyecte debido a su enorme atracción gravitatoria.
FACTOR DETERMINANTE
Que la luz se proyecte de esa forma por esta clase de lupas cósmicas depende de tres factores: la distancia del objeto, la masa de la lupa (Abell 1689, en este caso) y la distribución de la energía oscura.
Que la luz se proyecte de esa forma por esta clase de lupas cósmicas depende de tres factores: la distancia del objeto, la masa de la lupa (Abell 1689, en este caso) y la distribución de la energía oscura.
La distribución de la energía oscura que hallaron en la investigación indica a los astrónomos que el Universo continuará expandiéndose y se hará más grande ilimitadamente.
Pero, para conocer ese tercer factor fue necesario medir, con la ayuda del telescopio del Observatorio Europeo Astral, en Chile, los dos primeros. Solo después de esto y a través de complicados cálculos matemáticos, se consiguió la información faltante.
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